En el día de mañana, finalmente se
sabrá si las palabras tranquilizadoras del titular del Banco Central Europeo
(BCE), Mario Draghi, acerca del comienzo de una compra a gran escala de bonos
de los países en problemas de la Unión, comenzará a hacerse realidad.
Aún con recelos de los alemanes, el
proceso vendría a configurarse como una segunda etapa, luego de los rescates
bancarios de España,que totalizaron 100.000 millones de euros, y con esto el BCE, pretende avanzar en el
perfeccionamiento de la unión monetaria.
El tiempo se acaba, y las primas de
riesgo de los países más conflictivos, según el miembro alemán del consejo de
gobierno del BCE, estarían reflejando no sólo el conocido riesgo de insolvencia
sino también un riesgo cambiario, algo teóricamente imposible en una unión
monetaria salvo que se apueste, como efectivamente estaría ocurriendo, a una
desintegración del euro, por lo menos en algunos países del sur de Europa.
Nada mejor, para conjurar esto, que
el BCE adopte a partir de ahora una política activa de compra de bonos, que
imitaría a la desempeñada por la Reserva Federal. Habrá que ver en qué términos
y condiciones se efectúa esto y cómo los mercados lo tomarán en las próximas
semanas.
Estados Unidos sigue dando señales
mixtas, que repercuten en los precios. Desde hace dos semanas, el rally se fue
transformando en un área de congestión aunque respetando soportes. El bajo
volumen, probable reflejo de las vacaciones y de las expectativas por Europa,
no permite, en el caso del Dow Jones , superar la resistencia, ubicada en
13300-13400 y en el caso del SP500 en aproximadamente 1420, máximo dado en
Abril último y vuelto a testear en días pasados.
La FED tampoco quiere brindar
mayores precisiones o novedades con respecto a la puesta en marcha de una nueva
ronda de relajamiento cuantitativo (QE3), hasta por lo menos después de las
elecciones presidenciales de Noviembre.
Mientras tanto, las acciones en
nuestro país siguen un camino sin rumbo, perdiendo mes a mes, su carrera contra
la inflación.
Los valores, aparentemente bajo su
valor real, pierden su atractivo en este contexto de incertidumbre, donde cada
día se presentan nuevas restricciones o se deteriora el ambiente de negocios.
Sin duda, bajo otras circunstancias,
la bolsa argentina, estaría en el lugar que se merece, algo que por ahora
parece una utopía.
Para
el análisis del índice S&P500 consideramos conveniente incluir el gráfico
del ETF correspondiente al índice, identificado por las siglas SPY, ya que nos
muestra la evolución del volumen.
En el análisis usamos tres medias móviles simples de
200 ruedas (celeste), 20 (rosada) y 50 (verde), además de bandas de bollinger
en rojo, en la cual nos muestran los canales en los cuales se desplazan los
precios.
El rally experimentado hasta hace unos días dio paso a
una zona de lateralización en espera de novedades de Europa, aunque se debe
considerar que el alza no tuvo un correlato en volumen.
Las medias móviles de 20 y 50 siguen respetándose,
aunque por ahora sólo se testeó la primera.
Si bien la compresión semanal respaldaría un
reanudamiento del ciclo alcista, en compresión diaria, notamos un proceso de
ajuste que está haciendo descargar varios indicadores, y que avalaría una
momentánea zona de lateralización.
En el índice de fuerza relativa (RSI) no se observa
áreas de sobreventa o sobrecompra.
El “desinfle” del rally, y lo cauto que se ha vuelto el
mercado en los últimos días se ve claramente expresado en el índice de
volatilidad (VIX), que ha tenido un importante crecimiento en los días pasados.
El VIX, se encuentra en niveles próximos a la media
móvil de 20 ruedas (celeste) y cercano a
una zona considerada como resistencia (20) nivel que no ha podido
superar en otras ocasiones. Si éste fuera el caso, el rally podría reanudarse
en los próximos días.
En el caso del Nasdaq, el testeo de la media móvil
exponencial de 20 ruedas, y el rebote en la misma, da una buena posibilidad del
retesteo de los máximos de Abril. Las medias móviles de 50 y 200, se encuentran
alineadas desde una perspectiva alcista. El MACD avala un “descanso” con una
suave lateralización, que podría ser previa a una reanudación del ciclo de
alza, situación ésta avalada por la compresión semanal, con indicadores
alcistas.
En el caso del retesteo en el área de 3150, también
coincidiría con el extremo superior de la banda de bollinger, zona que podría
actuar como resistencia natural. El RSI no presenta indicadores de sobrecompra
hasta el momento.
La bolsa local parece tan desanimada, sin volumen y sin
interés de los inversores que una lateralización foránea da la excusa para una
nueva caída.
Si bien las posibilidades de rebote en el área de 2350
son altas, dadas las resistencias anteriores, el resultado no deja de ser magro
y deprimente.
La debilidad es tan extrema que ni siquiera alcanza
para testear la media móvil de 200 ruedas.
En el caso de una reanudación del ciclo alcista
internacional, posiblemente asistamos a un nuevo rebote de nuestro mercado,
incluso llegando a la nueva resistencia de 2500 puntos. Pero creemos que no
están dadas las condiciones para el nacimiento de un nuevo ciclo alcista.
Como se dijo en la introducción, para un país
previsible , sin lugar a dudas estos precios son más que atractivos. Pero para
la Argentina, la inseguridad jurídica y la incertidumbre del futuro se pagan
con precios bajos y desinterés general.
Para continuar con el momentum alcista, los mercados
necesitan pruebas de que el Banco Central Europeo (BCE) va a asumir una
política activa de intervención para el salvataje de los países en problemas y
para la misma supervivencia del Euro. La compra masiva de bonos de estos
países, además de cierto relajamiento en las duras condiciones de ajuste de sus
economías, podría dar una esperanza para el comienzo de la resolución de la
crisis.
Del otro lado del atlántico, la Reserva Federal no dará
muchas novedades con respecto a una nueva ronda de QE3, mucho menos antes de
las elecciones previstas para Noviembre, dadas las señales mixtas de la
economía estadounidense en las últimas semanas, la discusión proseguirá en los próximos
meses.
Con respecto a Argentina, no se pueden esperar un
relajamiento de los controles , sino, por lo contrario, una cierta
intensificación a medida que el tipo de cambio se siga apreciando debido a la
inflación. Cabe preguntarse si convivimos con esta situación dentro de un
contexto de precios records de materias primas, que pasaría ante una baja o
desplome de las mismas, lo cual sería posible, aunque poco probable, si la
economía estadounidense continúa no dando señales de recuperación fuerte.
La bolsa, sólo refleja esta incertidumbre con precios
vegetando nominalmente y perdiendo fuertemente si descontamos la inflación
local.