miércoles, 11 de julio de 2012

ALGO DE HISTORIA ECONOMICA: QUE FUE "EL RODRIGAZO". Historia, consecuencias y referencias actuales.




En el último mes, renombrados economistas como Roberto Lavagna o Domingo Cavallo, brindaron declaraciones advirtiendo la posibilidad que se recreen las condiciones que produjeron el llamado “rodrigazo”, que fueron una serie de medidas de shock tomadas por el ministro Celestino Rodrigo durante el gobierno constitucional de Isabel Perón, en Junio de 1975 que determinaron  un quiebre de las condiciones económicas de la argentina generando una larga decadencia que permaneció, por lo menos, 16 años, hasta 1991.

ANTECEDENTES:

Pero veamos primero como estaba la argentina, en ese momento, y de dónde venía.
Lucas Llach y Pablo Gerchunoff en su libro “El Ciclo de la Ilusión y Desencanto”, define al período entre 1964 y 1974 una “primavera económica”, lo cual se ajusta bastante bien al proceso de crecimiento continuo, aunque moderado, que experimentó nuestro país en esa época. En tren de comparaciones, si la Argentina vivía su primavera económica, el mundo vivía un verdadero verano.
Comparemos, pues, el crecimiento del PIB de Argentina, comparado con su vecino, Brasil, en esa época en la antesala de un milagro económico, durante los años 1964-1974:


BRASIL
ARGENTINA


1964
3.40
10.3
1965
2.40
9.2
1966
6.70
0.6
1967
4.20
2.6
1968
9.80
2.3
1969
9.50
8.5
1970
10.40
5.4
1971
11.34
3.7
1972
11.94
1.9
1973
13.97
3.4
1974
8.15
5.7

Se podría decir que ambos países respondían a una política de sustitución de importaciones, aunque Brasil, gracias a su mayor mercado interno, disfrutaba de una producción de escala, y menores costos por unidad, adicionalmente partía de un economía, que, a principios de los 60, ambos países eran idénticos en tamaño. 

Lo cierto es que nuestro país no había tenido una performance extraordinaria en cuanto a crecimiento, las fuertes expansiones que se notan en 1964 y 1965, eran el producto de las excelentes cosechas de aquellos años. En 1967 se ensayó un serio programa de estabilización que se tradujo en confianza empresaria y aumento de la inversión tanto pública como privada en los siguientes dos años.La experiencia fue frustrada tanto por el llamado “Cordobazo”, como por desinteligencias internas del gobierno de Onganía.  
La vuelta a políticas intervencionistas e inflacionistas en 1970 también menguaron el crecimiento  (época de “vivir con lo nuestro” de Aldo Ferrer)  y llevaron incertidumbre nuevamente  a los principales actores económicos.

Así es como llegamos a 1973, año de asunción de la tercera presidencia de Perón, y de un nuevo programa económico.
El programa económico del gobierno se centraba en tres aspectos, la lucha antiinflacionaria, la distribución del ingreso en condiciones iguales para el trabajo y el capital, y una mayor intervención del estado en la economía de modo de estimular su crecimiento. Todo esto fue plasmado en el pacto social entre gobierno, empresarios y trabajadores en 1973.

ARGENTINA 1973-1975

Los resultados fueron , en su primer año , moderadamente positivos, por un lado se robusteció el crecimiento, aunque en medio de una expansión de consumo insostenible, que, en un contexto de control de precios , daba como resultado un creciente desequilibrio, que, durante el primer año, no fue tan obvio, habida cuenta del buen contexto internacional. En efecto, los términos de intercambio habían mejorado, así como las reservas internacionales, que habían llegado a 2000 millones de dólares para principios de 1974, esto había equilibrado la balanza de pagos, que, incluso, había pasado a ser fuertemente positiva en 1973.
Altos salarios reales , record de ventas y producción de automóviles (315.000 unidades vendidas en 1974, número que luego no se alcanzaría hasta 1993), escondían, como sucede hoy, serios desequilibrios que irían apareciendo al año siguiente 1974, y desencadenarían la crisis de 1975.
En principio, la inflación pese a lo indicado por el ministro de economía de entonces (José Ber Gelbard y su política de "inflación cero") seguía su ritmo ascendente, gracias al fuerte aumento del consumo y la emisión descontrolada del estado en aquel momento. Pero aún así se situaba, como en la década anterior, en dos dígitos. Un dólar planchado en 1973, con poco spread entre el oficial y el libre, había dado paso a un dólar paralelo en 1974, que tenía una brecha de 60% con el oficial. A medida que la inflación se comía la competitividad y rentabilidad de los sectores, el gobierno persistía en un control cada vez más impracticable y un gasto público creciente, esto ya había dado lugar a revisiones del Pacto Social y a autorizaciones selectivas de aumentos de precios.
Pero los desequilibrios seguían en aumento, a los que se unía la violencia política y el terrorismo.
En Octubre de 1974, asumió un nuevo ministro Gomez Morales, reconociendo su secretario de comercio que “si las empresas no ganan no pueden tener rentabilidad y no pueden invertir, y que se ha creado un mercado negro que es la base de sustentación de estadísticas no ciertas y que se permitirá la liberación de precios en ciertos sectores dinámicos de la economía”, Dicha liberación no se hizo inmediatamente y se perdió un tiempo precioso en solucionar los desajustes existentes. A todo esto , y en un contexto de tarifas y precios congelados, la inflación seguía siendo un tema a resolver , anotando una suba de 22% en 1974 luego de subir un 60% en 1973. Pero los medios de pago ya durante el transcurso de 1974, aumentaban a una tasa anual de más del 100%, lo que da una idea, que una estabilización de precios no era prioridad para el gobierno de entonces. 
La mayoría de los precios de la economía estaban sujetos a un férreo control de la secretaría de comercial, con obvios atrasos en la nafta y en los principales servicios públicos , que, en esa época eran brindados en su totalidad por el estado.
Si se podía aplicar el gradualismo para corregir errores,  hacia 1974, el panorama cambió radicalmente a comienzos del año siguiente; como siempre en la Argentina, la crisis externa sólo hizo poner al descubierto los desequilibrios que mantenía la macroeconomía interna. 

La multiplicación de los precios del petróleo, producto que Argentina, como ahora, importaba, y,  fundamentalmente, la baja, sobre todo hacia finales de 1974, de los precios internacionales de materias primas, principal producto de exportación de la Argentina, precipitaron una crisis que dio lugar al cambio de ministro de economía en Junio de 1975, y a la aplicación de una política de shock.

El nuevo ministro pretendió descomprimir una situación insostenible, sincerando las variables congeladas de un modo brutal e inédito para la Argentina de entonces.
Celestino Rodrigo, el nombre de quién sería el autor de las medidas financieras,  lo único que hizo, finalmente, fue reconocer  una situación ya existente en el momento de asumir, y tratar de corregirla, como mejor se pueda, dado el delicado contexto nacional e internacional.  
Los objetivos del plan eran mejorar la posición del sector externo, evitar la continuación del drenaje de reservas internacionales  y,  fundamentalmente,  modificar los precios relativos. Para ello, se decidió ajustar los salarios un 38%,  entre un 76% y un 160% de aumento para el dólar comercial  y un 100% para el dólar financiero. Seguidamente, los precios de las tarifas públicas, fuertemente retrasadas, fueron ajustadas entre un 40% y un 160%,

El plan fracasó cuando la presidente, en una extraña e inexplicable desautorización para consigo misma, y ante la presión de los sindicatos , reabrió las paritarias, autorizó nuevos aumentos de salarios , desautorizando al ministro y haciendo estallar el programa económico.

Consecuencias: 

Las consecuencias del llamado “rodrigazo”, se miden, además de la recesión que provocó, en devastadores efectos en el largo plazo tanto en la inflación como en comportamiento de los actores económicos y de la vida diaria de los argentinos en general.  Entre éstos podemos mencionar:
1.       Inflación inédita a largo plazo de tres dígitos (sólo abatida 16 años después.)
2.       Transferencia brutal de ingresos de acreedores a deudores a través de licuación de deudas lo que motivará la desaparición del crédito a largo plazo, particularmente el hipotecario.
3.       Comienzo de un largo período de estancamiento de la economía que  se alternaba en períodos de "stop and go", con profundas crisis y planes estabilizadores que tenían corta vida.
4.       Comienzo de uso del dólar como moneda de referencia para transacciones de muchos activos dentro del país, particularmente inmuebles.
5.       Aumento de pobreza estructural, basta mencionar que, en 1974,  la Argentina tenía un 5% de pobres, nunca más volvería a esos guarismos, hoy , luego de 10 años de crecimiento (supuestamente a "tasas chinas"),  los pobres alcanzan al 25% de la población.

SITUACION ACTUAL, LA CRISIS PUEDE REPETIRSE? SE APRENDIO LA LECCION?

Existen fuertes diferencias con relación al contexto de 1974 que hace suponer  que no podría producirse un shock de las características mencionadas.
En primer lugar, las reservas si bien no crecen, tampoco decrecen siendo el banco central el principal comprador de dólares comerciales, lo cual contrasta con la pérdida de 2/3 de las reservas experimentadas en 1974-75.
En segundo lugar, los productos de exportación de Argentina, particularmente soja, no sólo no se han desplomado sino que están alcanzando máximos en 4 años, aún en un contexto difícil para los commodities, a diferencia con lo explicado anteriormente, el bienio 1974-75 combinó un shock en los precios del petróleo y una baja de precios de materias primas. Algo letal para la Argentina de entonces.
En tercer lugar el déficit fiscal consolidado es, actualmente, según algunas mediciones, del 2.7% del PIB, cifra históricamente baja si se lo compara con los números de 1974 (-6.52) y fundamentalmente 1975 (-12.43%) en el cual ya se advierten los efectos dañinos de la alta inflación sobre la recaudación fiscal.
Es en todo caso, es la dinámica de la situación lo que debería ocuparnos (y tal vez preocuparnos), nuestro país no encuentra actualmente mucho margen si alguna condición actual internacional resulta modificada, siendo que aplicó políticas pro cíclicas y pro consumo en los últimos años.
De cara al futuro,  deberíamos aprender que , la mayoría de las crisis que experimentó nuestro país estallan cuando los desequilibrios internos son de tal magnitud, que cualquier cambio de contexto internacional hace insostenible toda la situación, es ahí donde generalmente el mercado hace un brutal cambio de precios relativos, (1975,1981 y 2002).
Es por ello que no resulta conveniente seguir persistiendo en políticas que agravan los desequilibrios existentes,  (cepo cambiario, pesificación forzada, mal clima de negocios, emisión descontrolada) y que pueden, llegado el caso, precipitar en crisis mayores.






Fuentes Datos crecimiento PBI: Brasil: Ipeadata.gov.br, Presidencia da República Federativa do Brasil.
Argentina:  Libro "Deuda Externa e Inestabilidad Macroeconómica en la Argentina", Autores: Rudiger Dornbusch, Juan Carlos de Pablo, Ed, Sudamericana, 1988

2 comentarios: